domingo, marzo 30, 2008

Parque de Marchalenes

Parque de Marchalenes
Inaugurado oficialmente, el día 6 de junio de 2001


Juan B. Viñals Cebriá

SITUADO EN PLENO CORAZÓN DEL ANTIGUO Y POPULAR BARRIO DE MARCHALENES, ENTRE LA AVENIDA DE PORTUGAL, Y LAS CALLES, SAN PANCRACIO, LUIS CRUMIERE, REUS, PINTOR LLORENTE, ALQUERIA DE LA ESTRELLA, POETA FERNÁNDEZ HEREDIA, GALERÓN, VELERO, ECONOMISTA GAY, y ESTEVE XIMENO.

TOPOGRAFÍA: Según literatura municipal, -
con una extensión de 80.000 metros cuadrados-, el Parque de Marchalenes, está ubicado en el corazón mismo, de este popular y típico barrio del mismo nombre.
CONTENIDOS:La arboleda del Parque está organizada en parcelas dedicadas a cada uno de estos árboles: palmera, algarrobo, olivo, almer, roble, fresno, olmo, carrasca, chopo, pino y sauce.
Además, el parque tiene una representación a través de un homenaje a la tradicional llanura o conca que conformaban las tierras marjales de entre la Rambla y vora riu, en el septentrión de extramuros de la ciudad de Valencia, que desde la más remota antigüedad fue cultura de este arrabal mitad lacustre, mitad huertano.

Finalmente, el parque conserva cuidadosamente un corto trecho adoquinado (aunque ignorado) de camino que muy bien podría tratarse de reminiscencias de la Via Augusta. En su interior guarda también una serie de edificaciones, como la casa rural de Voro de Barraca (1920), alquería de Lluna (1914, propiedad de Doña Clotilde Goreti), fragmentos de la alquería de Castelló (Foraster), utilizado como almacén de aperos, alquería de Félix con reminiscencias del siglo XIV, esta antiquísima casa rural, está destinada al nuevo centro didáctico, cuyo objetivo es mostrar las características de los humedales (aigua molls) y las viviendas rurales con ecosistemas lacustres valencianos, en el exterior de esta última alquería (cerca de la puerta norte), se ha construido un pequeño lago, a modo de reproducción de tierras lacustres, que permite contemplar un ullal y la fauna, y flora, de los humedales, donde un bien dispuesto camino de travesaños de madera rodea al estanque. La alquería Barrinto alberga la biblioteca Joanot Martorell, además el parque cuenta con unas piscinas cubiertas, una escuela de jardinería, instalaciones deportivas para la práctica del fútbol, tenis o baloncesto, cafetería para las personas de la tercera edad, y un bonito parque infantil, sin olvidar los bancos bien dispuestos para el descanso, o los alegóricos monolitos bien distribuidos que adornan los espacios verdes, quedan por adaptar las naves de reciente construcción (primera década del s.XX) destinadas primeramente como establos de engorde de ganado porcino y, posteriormente como almacén de aceites. El fundamento del parque está dirigido plenamente a perpetuar el origen etimológico del verdadero sentido de la palabra -marjal- o el laborioso trabajo que antaño realizaban -els marjalers- gentilicio de los oriundos o moradores de este antiquísimo arrabal, ese fue el germen de la idea, a la hora de construir el nuevo parque. Su primera fase (48.000 de los 80.000 metros cuadrados, los restantes según informa el propio consistorio, darán comienzo en breve 2007), y se perpetuaran en un homenaje a las tierras marjales. El deseo de que el agua hiciese la función de hilo conductor y el origen de los campos y huertas, de las alquerías y redes de las
antiguas acequias islámicas de Mestalla, Rascanya, Tormos, Petra, i goleróns, braçals y braçalets, que antaño discurrían por este antiquísimo poblado mitad lacustre, mitad huertano. Citado Marchiliena en (s.XIII) y Marjalena (s.XV).

SEGUNDA FASE
Principio del año 2008, en el plazo de quince meses si no acompañan las demoras de las primeras fases, quedará culminado el proyecto completo del Parque de Marchalenes, uno de los mayores espacios verdes de la ciudad, cuya primera fase se ejecutó entre los años 1996 y 2001, seguida de una primera ampliación entre 2001 y 2003. Con esta segunda fase quedará definitivamente resuelto este gran parque urbano que, además de su amplia zona ajardinada, incluye la rehabilitación y adecuación como servicios públicos varias construcciones protegidas.
Esta nueva y definitiva fase del parque, cuyo presupuesto total asciende a 3 millones de euros, repartidos en dos anualidades. La actuación se extenderá sobre una superficie de casi 11.000 metros cuadrados, que vienen a sumarse a los 70.000 ya en uso.
El motivo central de esta nueva fase del parque será un gran palmeral, que se ubicará próximo a un vivero de plantas aromáticas, ornamentales y medicinales y una alberca de grandes dimensiones. Además de los espacios verdes, el proyecto ha querido destacar también el perfil de contenedor cultural del nuevo ámbito, que redundará en beneficio de los residentes del distrito de La Zaidía y de todos los ciudadanos en general.
Casas protegidas, se trata de la alquería de Voro de Barraca, que albergará un espacio para jóvenes que gestionará la Concejalía de Juventud; la Casa Lluna (Clotilde Goreti), en la que se habilitará un centro de actividades para mayores, dependiente de la Concejalía de Bienestar Social, y la antigua fábrica de aceites de Barrinto que servirá de sede a la llamada “Universidad de la Experiencia”, un lugar donde las personas jubiladas que, como ha explicado el concejal Jorge Bellver, “todavía puedan compartir sus conocimientos y experiencias con otros mayores o jóvenes, puedan seguir contribuyendo y participando en la mejora de la sociedad”.
En la primera fase del parque. Bordeando cada recuadro de plantas aromáticas y ornamentales se colocarán árboles frutales, generalmente cítricos.
Además, en esta nueva zona del parque se ha previsto un área de juegos infantiles junto a la alqueria de Voro de la Barraca, donde se colocarán columpios, toboganes y juegos conocidos como trepadores. Alrededor de Casa Lluna (Clotilde Goreti) se instalarán tenis de mesa y tablas de ajedrez, así como un espacio para el birler.
Como es conocido, el agua es uno de los elementos fundamentales de la primera fase del parque, con una laguna y un ullal, junto a espacios de huerta y arboledas típicas del antaño paisaje de este típico raval. Dentro del propio parque, que está concebido como un gran contenedor cultural, además de su carácter de zona verde, destacan la biblioteca habilitada en la alquería de Barrinto, el centro ocupacional de la antigua estación del trenet de Marchalenes y el museo etnográfico de la vivienda rural y escuela de la naturaleza de la alquería de Félix Valls.

domingo, marzo 23, 2008

Río y arrabales al norte de la ciudad de Valencia: El caso de Marchalenes.

Río y arrabales al norte de la ciudad de Valencia: El caso de Marchalenes.
ANTECEDENTES HISTORICOS DE LAS RIADAS EN EL SEPTENTRIÓN DE EXTRAMUROS DE LA CIUDAD DE VALENCIA (1957-2008)

Juan B. Viñals Cebriá.

Los historiadores, y especialmente los tratadistas, son coincidentes en afirmar que la ciudad de Valencia fue fundada por los romanos en el año 138 a. C. sobre una superficie aterrazada del río Turia. Las razones que posiblemente indujeron a la elección de este tipo de emplazamiento son similares a las de otras importantes ciudades conocidas del mediterráneo; en el momento de su fundación, Valencia se ubica en un entorno geográfico: a la vera del río Turia, relativamente cerca de la costa, con tierras aptas para el cultivo, litoral accesible, abastecimiento de agua dulce, Ahora bien, sobre este tipo de asentamiento, aparentemente tan ventajoso, algunos científicos consultados opinan que se encuentra entre uno de los más inestables y vulnerables ambientes geográficos mediterráneos.
Por la lectura de los textos de Fray José Teixidor*, Bibliotecario del Real Convento de Predicadores de Valencia, auto proclamado cariñosamente como -rateta d'arxiu (1767), sabemos que.-
El doctor Agustín Sales Cronista de la Ciudad y Reino de Valencia, en la Pág.59, de su erudito opusc. Turia mar mor, insinuó algunas de las memorables evenidas de nuestro río. En primer lugar coloca las que menciona el rey Don Jaime en los Privilegios que concedió a nuestro convento, III. Kal. Januarii anni MCCLVIII. Et Idibus Decembr, ann, MCCLXXII. Pero es de notar, que en dos Privilegios no se hace memoria de determinadas avenidas: pues el primer Privilegio es una licencia que concedió el Rey, al padre Fray, Arnaldo Salomón, prior para que en su comunidad religiosa –“Autoritate nostra et vestra possititis stabilere et dare illam Punctam vestram, quae est contigua muro damus vestrae supra Cimiterium vestrum Inter. Fluvium de Godalaviar et Civitatem Valentiae (…). La primera avenida cierta, que pone Sales, dice, que sucedió el dia 28 de septiembre de el año 1328 y que por ella se labró la gran Torre de Santa Catalina*(1390) contigua a los muros de Valencia” (…). Pero hubo otra anterior, en el año 1321, aunque no consta el dia cierto, según es de ver en el pregón que se hizo publico el viernes 16 de octubre del dicho año 1321, que se halla en el Manual 1º. De Consejos fol. CLxxvIII. (…).
*José Teixidor.-Antigüedades de Valencia. Libro, I, Cáp. VI.-1767.
El anterior texto debido al clérigo Teixidor, reproduce testimonios del Doctor Sales, por lo cual nos permite conocer la relación de las riadas experimentadas tras la primera documentada sin más concreción en 1321. El régimen pluvial de nuestro río, ha sido siempre propenso a cíclicos desbordamientos, lo que ha supuesto una constante y fuerte erosión en los sistemas fluviales, desde los tiempos históricos van a ser agentes principales de una acelerada morfogénesis que transformará radicalmente los paisajes iniciales de nuestra ciudad. Durante los 2.000 últimos años se han producido fenómenos de transmutación de litorales, lagunas y marjales tanto costeras, como las existentes -vora riu- en Marchalenes, donde se han experimentado cambios en la fisonomía en la hondonada próxima al cauce y en las salidas, simultáneos a los cambios en la línea de costa, encenagamiento de las deltas, al igual que otros que se ubicaron aprovechando la desembocadura como nuestro primitivo Guadalaviar como queda refrendado en antiguos documentos.
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La geología en este particular territorio de -vora riu- donde se formaban las determinativas tierra marjalencas ,constituían la parte más novedosa de la historia natural más próxima a la gran ciudad, donde desde los tiempos históricos este peculiar territorio ha venido sufriendo constantes trasmutaciones por su extrema proximidad con el Turia, más al norte, es donde se encontraba el altozano huertano, que favorecido por tan extensa y tupida red de acequias y canales, que surcaban en todas direcciones, lo cual favorecía la presencia de una huerta fértil y propiciaba la existencia de gran variedad de árboles cuyos frutos son ahora inexistentes.
*la mencionada torre se encontraba próxima al actual IVAM, y servia como defensa de la margen derecha, y por el contrario regolfaba la corriente sobre Marchalenes.
El caso de la llanura aluvial costera de la ciudad de Valencia es un claro ejemplo de esta transformación histórica del paisaje, desarrollado entre la primera riada documentada en 1321 y tras la última acontecida en 1957, según los historiadores y cronistas valencianos, pasando desde el citado Sales, pasando por Teixidor, Boix, Carboneres Almela y Vives, y muy especialmente
M. Sanchis Guarner, y nuestro contemporáneo Ignaci Mangue, nos ofrecen una amplia recopilación de las riadas argumentadas, que trascurrieron en nuestra ciudad; por esas mismas anotaciones, podemos saber, que existen referenciados 50 desbordamientos del río Turia, crecidas y noticias de inundación sin relato a la magnitud o alcance del acontecimiento, pero quede claro que todos estos sucesos pluviales afectaron siempre de una u otra medida al poblado de Marchalenes y a su circunvecino Tendetes. Almela y Vives en el libro titulado, Las Riadas del Turia (1957), nos advierte de esta manera sobre las características tan peculiares del río Turia.-
“Como el régimen del Turia seria poco más o menos, el mismo en el siglo XIV, que los anteriores, es de suponer que en estos últimos hubo avenidas de consideración. Los materiales históricos aprovechados para redactar este libro no mencionan concretamente ninguna avenida de los siglos XII, XIII etc., como no sea la que en 1088 se llevó el puente de Alcántara (…). Pero que las hubo es de suponer, aparte que son mencionadas positivamente de un modo general.
Don Roque Chabás, que nunca escribía a humo de pajas, al referirse a la Alcudia, arrabal de la Valencia musulmana, decía:
“La situación alta del terreno de la Alcudia, por poco que fuere, le daba importancia para tomar este nombre, pues los terrenos más cercanos al río en aquella parten tomaban, y a un conservan, el de Marchalenes, por donde el río se desbordaba”.
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Por posteriores estudios realizados en el subsuelo del casco antiguo de la urbe, próximo a este arrabal de extramuros, a la vera del río Turia, se han encontrado las huellas de otras inundaciones de época romana y musulmana. Por lo tanto tendremos que convenir por lo dicho por toda la pléyade de eruditos, que escribieron sobre nuestra ciudad:- “que Valencia es una ciudad asentada sobre los limos aluviales acumulados en la llanura o cuenca de inundación del río Turia, donde la antiquísima Marjalena s. XV, se asienta la vera del cauce del río tantas veces mencionado. La comarca valenciana más altamente productiva se contemplaba hasta hace medio siglo, ampliado hacia el norte gracias a la presencia del Barranco de Carraixet y hacia el sur por el Barranco de Torrente y el río Xúquer, lo que ha supuesto históricamente que todo el litoral valenciano sea un espacio eminentemente fructífero y poblado, tenemos que exceptuar dentro de tan valioso territorio el pequeño perímetro donde quedaba asentada la Rambla y hondonada que antaño existía desde que rebasado el arrabal de la Alcudia, se alcanzaba al Palau Reial y desde tan emblemático y lastimosamente desaparecido lugar (1908), por poniente se alcanzaba hasta el lugar conocido por el –cremaor- actualmente junto al puente de Ademuz.
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Para dotar científicamente el relato referido al desbordamiento del Turia, en 1957, aportaremos junto nuestros personales testimonios, el estudio realizado por Doña, Pilar Carmona González, Doctora en Geografía, y de D. Joan Olmos Lloréns, Doctor, Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, autores del opúsculo titulado. – Río y ciudad: El caso de Valencia. nº 28 año 1994 Ríos,II.-
“Los sedimentos de riadas: desbordamientos de los siglos I y II a. C. en la plaza de l’Almoina; en época romano-imperial, siglos I al IV d. C., en el subsuelo de la calle del Mar, en la plaza de Zaragoza; en época musulmana (siglos ix, x, xi) el casco histórico de la ciudad, se inunda de forma catastrófica: aparecen casas con las paredes reventadas por la presión del agua y pozos cegados por gruesas capas de cantos, grava y arena acarreados por el río durante una de las crecida del Turia.

En las excavaciones arqueológicas iniciadas el 4 de agosto de 2003, en un solar próximo se encontraron restos de la riada que asoló la ciudad musulmana en el siglo XI. Los arqueólogos han constatado la catástrofe natural gracias a los muros destrozados y abundancia de piedra de aluvión arrastrada desde el cercano río Turia.
El Meteorólogo J. Fernández Campa, en su análisis “El tiempo en España durante el año agrícola 1957-58” del CALENDARIO METEORO-FENOLÓGICO 1959, publicado por el Servicio Meteorológico Nacional, al comentar el tiempo atmosférico acontecido el mes de Octubre de 1957, decía lo siguiente:
“Las precipitaciones que descargaron en la mitad oriental de la Península fueron abundantísimas, superándose en Valencia el 600 por 100 de las normales. En dicha región, los intensísimos chubascos tormentosos ocasionaron el desbordamiento del Turia y un verdadero desastre regional. Las lluvias, en cambio, fueron escasísimas en el Norte, Duero, Extremadura y Oeste de Andalucía. Las temperaturas medias mensuales se aproximaron a las normales.”
“La primera década empezó con un descenso térmico, nevadas en puntos del centro y mitad norte de la Península, y tormentas y chubascos en Cantabria. Siguieron precipitaciones intensas en la región Central y Levante. A partir del día 4 el tiempo, en general, fue bueno y las temperaturas normales.”


“La segunda década, del 11 al 15, fue de precipitaciones generales de carácter tormentoso, que adquirieron su máxima intensidad los días 13 y 14 hacia Levante, ocasionando el desbordamiento del Turia y una catástrofe regional sin precedentes en el siglo. Los días 19 y 20 fueron de carácter tormentoso en muchas zonas. Las temperaturas se caracterizaron por la escasa amplitud de sus oscilaciones.”
“La década tercera fue la más seca. Empezó con chubascos en Cantabria y terminó con pequeñas precipitaciones en el Norte, alto Ebro, puntos del Duero y hacia la provincia de Cádiz. El día 29 descargaron tormentas en Cantabria. Las temperaturas máximas fueron algo más elevadas que las máximas normales, a partir del día 25.”
“Las lluvias torrenciales de Levante ocasionaron grandes daños a los cultivos y cosechas ya recolectadas. En otras regiones, las lluvias y las temperaturas benignas favorecieron los sembrados tempranos y los pastos.”
La precipitación mensual del mes de octubre del año 1957 recogida en el Observatorio Meteorológico de Valencia había sido de 309,9 mm. ( litros por cada metro cuadrado). Como contraste, en las lluviosas ciudades gallegas de La Coruña y Santiago de Compostela se totalizaron aquel mismo mes 13,7 mm. Y 6,0 Mm., respectivamente. Valencia registró entonces el máximo mensual de precipitaciones del mes de octubre de todos los Observatorios peninsulares.
El desastre regional había sido de tal magnitud que el Gobierno no tuvo más remedio que adoptar decisiones importantes. Meses después se aprobó la denominada Solución Sur, que consistía en desviar el río, construyendo un nuevo cauce de 12 Kilómetros de longitud y 175 metros de ancho, capaz de desaguar 5.000 metros cúbicos por segundo en una nueva desembocadura del Turia, que iba a situarse tres Kilómetros al sur de la existente. La riada de 1957 había llegado a alcanzar, según los cálculos, un caudal máximo de 3.800 metros cúbicos por segundo. Teóricamente, con el desvío del nuevo cauce, las inundaciones en la ciudad ya no eran posibles. Las obras comenzaron en 1964 y finalizaron en 1973, aunque no se completó totalmente el programa”.
VALENCIA Y EL RÍO TURÍA

A pesar de las trágicas inundaciones que en ocasiones ha deparado “nuestro” río Turia, los valencianos nunca hemos dejado de reconocer la riqueza y prosperidad que han proporcionado sus aguas, a la fértil vega de la huerta valenciana. Valencia agradecida, siempre ha enarbolado con orgullo su condición de la "capital del Turia", o “perla del Turia”.
Limitando la descripción a nuestra particular margen izquierda del río Turia, donde se formaba la cuenca o llanura, entre la orilla del río, y la Rambla, son territorios donde se formaban en la más remota antigüedad les terres marjalenques, actualmente conocidas por el prostituido Marxalenes.

jueves, marzo 20, 2008

MARCHALENES Y LA ZAIDIA

MARCHALENES Y LA ZAIDIA


Juan B Viñals Cebriá

Narración referida al Real Monasterio de la Zaidia que se hallaba, situado hasta la década de los años sesenta en Marchalenes, en el llano que existía entre la Rambla y el río Turia, en el septentrión de extramuros de la ciudad de Valencia.-


La Zaidia. No menos renombrado, ni menos suntuoso, ni menos histórico que los grandes monasterios de aristocráticas religiosas existentes o que han existido en varios puntos de España, como las Huelgas de Burgos, las Dominicas reales en Medina del Campo, las Salesas, las Comendadoras de Calatrava y otras de Madrid y de diferentes ciudades de la Península, es el histórico y celebradísimo monasterio de la Zaidia en Valencia, fundado en 1260 por doña Teresa Gil de Vidaure, a quienes algunos historiadores han colocado en el catalogo de las reinas católicas, como presunta esposa de Don Jaime el Conquistador”.
-Juan B. Perales.-Tradiciones Españolas, Valencia y su provincia.-1882.
***
“Descuella sobre todas, en los fastos de Valencia, la gloriosa figura de D. Jaime I el rey Conquistador, y a su lado vemos, al evocar su memoria, una imagen femenina, bella y sonriente primero, afligida y llorosa después, tranquila y resignada, por fin, la imagen interesante y simpática de su muy amada y querida señora Teresa Gil de Vidaure (1), ejemplo conmovedor de la inconstancia de los triunfos amorosos. Si queremos saber cual es el último consuelo de los triunfos amorosos. Si queremos saber cual es el último consuelo de la hermosura malograda, pasemos desde Valencia el puente de San José, y a la otra parte del río, encontramos un Monasterio, que lleva aún el dulce y eufónico nombre arábigo de la Zaidia. Allí hay un convento de monjas recién construido. Al penetrar en el reducido zaguán de la portería, -veremos encima del torno el retrato de una religiosa, que conserva en su rostro señales de singular belleza, y leeremos en la inscripción puesta debajo de el: La V.Sª. Rª Doña Teresa Gil de Vidaure, fundadora de este Real Monasterio para señoras nobles que quisieran ser Religiosas Cistercienses, cuyo monasterio consagró a Maria Santísima de Gracia, y en él jamás quiso ser Abadesa, pero admitió gustosa el empleo de Portera, en que murió a 15 de Julio de 1285. Entramos en la iglesia, toda nueva y reluciente, y en un comulgatorio, a la parte del Evangelio, hallaremos una urna forrada de damasco carmesí, con galones de oro, cerrada por una tapa delantera, la cual abierta, nos permite distinguir, a través del cristal, el cuerpo momificado de una mujer, vestida con hábitos de monjiles. Estos so los restos de aquella hermosísima dama a quién tanto amó el Conquistador, y a quien tanto hicieron sufrir los reales amores (…). Aunque el matrimonio no llegó a celebrarse, considérala desde entonces como esposa, ya que no como reina (lo que llamaríamos ahora esposa morganática), y le donó para su morada el palacio que había sido de los reyes Lobo y Jayent. Poco después cuando llevaba ya en las entrañas el fruto de su unión, concedióle el castillo de Jérica, para ella y sus sucesores, y algo más tarde, el sitio llamado la Zaidia
(Çaadia) (2).
Aquella felicidad duró poco: la hermosa Teresa fue atacada de lepra, y huyó de ella el real amante (…).
En 1265, poco antes de abandonarla el rey, había fundado esta en la Zaidia un monasterio de religiosas de la Orden del Cister, bajo la invocación de Nuestra Señora de Gracia Dei. Para este monasterio otorgó D. Jaime mercedes y privilegios.
Al lado del convento construyó un reducido alcázar, que llamaban el Realet y en el vivía cuando estaba en Valencia (…)”.
En una escritura que otorgó Doña Teresa, en Zaragoza, el 3 de octubre de 1278, y que vio en el archivo del monasterio José Teixidor. “(…) repartía su pingüe hacienda entre sus dos hijos, habidos del rey. D. Jaime de Jérica y D. Pedro de Ayerve, dispuso que se le enterrara en la iglesia de Gracia Dei, y así se hizo, dando sepultura a su cuerpo junto al altar mayor. Años después fueron inhumados allí mismo su hijo D. Jaime y la esposa de este, Doña Elfa Fernández de Azagra.
El monasterio de la Zaidia fue arrasado, como el palacio del Real y otros edificios situados igualmente fuera de las murallas, cuando vinieron los franceses contra Valencia (…). Las religiosas llevaron consigo los restos de Dª.
Teresa y de sus hijos, que guardaban con respetuosa veneración y los restituyeron al convento de la Zaidia cuando fue reedificado. Nada queda de la obra antigua: en su sencilla fachada, de ladrillo perfilado, destácanse sobre la puerta, esculpidos en mármol, los escudos de la fundadora y de la Orden del Cister. La nueva iglesia concluida en 1879, es un espacioso templo claustral, de orden corintio, con crucero, y cúpula asentada sobre una elegante galería, que le da luz”.


1ª.-Así llama el rey en sus donaciones que le hizo.

2ª.-Dice Escolano que, según unos, tomó este sitio el nombre de Zaidia por haber sido casa de campo de un magnate moro llamado Zaidi; y según otros, por que allí tenía baños y jardines una mora que se nombraba Zaida. En el primer Repartiment de la ciudad, se lo adjudico al arzobispo de Narbona, confesor del rey; después lo recobró el rey para regalarlo a su amada. Esta donación está fechada en Lérida a 5 de de abril de 1260.

-Teodoro Llorente.-Valencia, sus monumentos y artes (…)”.-1889.


***

-Ahora para conocer sobre la relación amorosa sucedida en el monasterio de la Zaidia recurrimos a Pedro Sucias, quien en 1911, escribiera sobre la hipotética boda entre el rey D. Jaime I, y Doña Teresa.-“(…) pero creemos según nuestra opinión seria por los años de 1253 al 1254, por cuanto que el Rey D. Jaime les señaló morada correspondiente al rango de su mujer de Monarca, concediéndole para siempre el Palacio que en tiempos de los moros había sido de Lobo y Jayent con todas las casa anexas al mismo según consta del Real Privilegio refrendado por su escribano Pedro de Capella (…) Se llamó Zaidia, que quiere decir en árabe población pequeña: barrio de casa que tienen un justicia propia, escuelas y las casa más necesarias para poder vivir con comodidad y es a lo que llamaron los moros Zaidia, y que en aquellos tiempos era del Monarca Lobo(…).
En el año 1417 en el día 12 de Febrero acordaron los Justicias y Jurados de la Ciudad el dar al Monasterio de la Zaidia doscientas libras para que las gastasen en obras, para cuando visitaran Valencia Don Fernando y Doña Isabel y por ser de tanta fama este Monasterio se alojaran por espacio de tres días (Archivo del Ayuntamiento)”
“(…) D. Jaime casó con Doña Teresa en la Catedral de Gerona ocultamente cuyo acto autorizo el obispo, dos testigos y los padrinos. Esto lo dicen Zurita, Teixidor y otros autores (…), y el no poderse casar D. Jaime con Doña Berengüela, todo viene a justificar que el casamiento con Doña Teresa tenia toda la validez necesaria y además hacemos más fuerte la opinión que D. Jaime casó con Doña Teresa cuando escuchemos al Romano Pontífice.
Diole luego para su habitación correspondiente a su estado de mujer de un monarca el real alcázar que en tiempo de los moros fue palacio del rey Lobo, con todas las casas y habitaciones anexas. Hizo esta donación en Lérida a 10 de Abril de 1255 en presencia de muchos caballeros y personas principales, le hizo donación también del castillo de la villa de Jérica con todas sus gentes y términos, le dio además el 5 de Marzo de 1260, “hallándose el rey en Lérida el Llano de la Zaidia con varias huertas y casas (1).



1.-Zaidia, según nos trae su nombre porque por en el palacio del rey moro que estaba en donde se halla este monasterio, vivió una reina mora llamada Zaidia Zulema, y según otros Zaidia en árabe es igual que decir barrio bastante grande que tiene comercios, escuelas, autoridades, mezquita, casa con medicinas y todo lo necesario para vivir en el.


-Pedro Sucias, presbítero.-Los Monasterios del Reino de Valencia.-1911.

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“El féretro tenia un cristal por delante, cerrado con dos llaves, y sobre su cubierta se leía la siguiente inscripción sepulcral:
LAVENERABLE BEATA Y SANTA REINA DOÑA TERESA GIL DE VIDAURE, DESPRECIANDO EL MUNDO FUNDÓ ESTE MONASTERIO AL QUE DIO EL TITULO DE BEATA MARIA DE DE GRATIA DEI, A QUIEN CONSAGRÓ, Y EN EL TOMÓ EL HABITO, PROFESÓ Y VIVIÓ SANTAMENTE ENTRE LAS RELIGIOSAS CISTERCIENSES”.

El Marqués De Cruilles.-Valencia, antigua y moderna.-1876.
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Según consta en algunos de los documentos consultados, las religiosas disfrutaban el extraño privilegio de poder salir del monasterio hasta la misma orilla del mar, pero con la condición de no poder entrar en el poblado de Marjalena, de esta gracia gozaron hasta mediados del siglo XVI. En la que a petición propia se redujeron a clausura.
El Rey Felipe V (1708). Por sus buenos servicios que había prestado el Monasterio durante las guerras de sucesión envió una carta Real para que las religiosas del monasterio de la Zaidia tuvieran en lo sucesivo los títulos de Ilustrísimas Señoras.
***


Lamentablemente en los años sesenta, fruto de las construcciones desaforadas y el ánimo de construir por doquier, fue lastimosamente derribado el renombrado Real monasterio de la Zaidia.
-Monasterio Cister - Trapa. El edificio actual es una construcción reciente, de principios de la década de los años 70 del siglo XX. Se encuentra situado en Benaguacil (Valencia).
Fin

domingo, marzo 16, 2008

Marchalenes /Marjalena: y los hidrónimos

Marchalenes /Marjalena:

y los hidrónimos


(HIDRÓNIMOS)



Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio, sin autorización escrita del autor Juan B. Viñals Cebriá. Inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual, 04-08-2oo6.


Juan B. Viñals Cebriá

Importante recomendación sobre lo que representan los hidrónimos en el estudio de la toponimia: bajo orientación filológica del Catedrático don Abelardo Herrero Alonso.-

Enfrentarse a un hidrónimo representa siempre el riesgo de abordar alguna cosa oscura y enigmática más allá incluso de lo puramente filológico, porque en el fondo de toda denominación hidronímica antigua se bautiza casi siempre por un impulso apelativo psicológico o de tipo mágico-religioso... (…) –que los ríos resisten mejor que otras circunstancias geográficas el más viejo nombre, resistiéndose con firmeza el cambio, que representaban lo inalterable y permanente de toda la toponimia y que marcaban el hito más lejano en el pasado lingüístico (…)”.
(Traducido del valenciano)
(Cfr.-Abelardo Herrero Alonso.-Revista de Filología Valenciana-.nº 10.Valencia, 2003., p 123)
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Del árabe March – tierras bajas y aguanosas-, al valenciano Marjal, terres baixes i humitdes- y el castellano Marjal y Almarjal, terreno bajo y pantanoso. Las tres lenguas tienen el mismo significado: la calidad y la formación del suelo.

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Hidronimia. (De hidrónimo) f. Parte de la toponimia que estudia el origen y significado de los nombres de los ríos, arroyos, lagos etc.

Hidrónimo. (De Hidr.- y- el gr. óvujice.) .Nombre de río, lago, arroyo, etc.
Desde siempre en las tres provincias valencianas existieron un gran número de topónimos surgidos de la palabra originaria árabe MARCH, y del posterior hidrónimo valenciano MARJAL. Todos los nombres derivados y diminutivos derivados de los topónimos antes mencionados, son, y deben de considerarse sinónimos, y por lo tanto todos ellos guardan relación semántica.

ALMARCHA, ALMARJAL ÁRABE

ALMARCHA,-(Del ár, al-march, prado especialmente inundado) f. Población asentada en vega baja o tierra baja. / En Marruecos, marjal, terreno bajo pantanoso.

ALMARJAL.- (ár) marjal (terreno bajo y pantanoso)

ALMARRAL.- m, ant. Marjal, terreno bajo pantanoso.

MARCH. - (Ár) MARCH. - (ár) prado. Tomado del Persa ALMARGE “prado”. Portugués. Vitervo

MARGILIA.- (celt)…puede ser celta latino “margina” o “margens” del bajo latín. Steiger, vr, 2, 70, piensa en un cruce del árabe persa “march”, “prado” (…),


MARJAL VALENCIANO

MARJAL. – (val.). Terrenys baixos i aigua molls.

MARJALETA.- Casa del guarda de la –marjaleta-. En la séquia el Escorredor, comença en les llengues i acaba en la séquia de la Rambleta.

MARJADA.- (val.), f. 1. Agr. Bancal limitat per margens.

MARJALENC. –ENCA. Adj. Pertenece o relativo a la marjal, terreno aguanoso.

MARJALENERIA,- f... Conjunto de tierras de marjal (…),

MARJALER-.-ERA, m y f. Gentilicio para los nacidos, habitadores y trabajadores del marjal.

*MARGE.- Vora, vorariu, ribet, orla, cantell, ribera, marginal.

*MARJADA. - Bancal………………………………………….
*(Cfr.-S.PEY.- “Diccionari de Sinonims i Antónonims.”.- Teide.1970. p.544)


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*.MARXA.- Moviment ,caminar………………………………….

*MARXANT.- Marxantó, comerciant, traficant, mercaxifle…….

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MARJALER, MARXADOR, MARXANT


LA SIMILITUD DE LAS SIGUIENTES PALABRAS PUEDEN LLEGAR A CONFUNDIRNOS. PARECEN IGUALES PERO NO GUARDAN NINGUNA RELACIÓN SEMÁNTICA


-MARJALER.- Gentilicio que distingue a los nativos, o moradores de tierras marjales.

-MARXADOR.- Persona encargada de dirigir, interpretar y hacer cumplir el reglamento en una partida de pelota valenciana.

-MARXANT.- Comerciante, mercader, mercachifle, o marchante de pintor.
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Después de comprobar la aparente sintonía entre algunos nombres. La tozuda realidad se encargará en demostrar la total discordancia sinónima entre esos tres nombres mencionados.
Por lo tanto cuidado con los términos, porque hay palabras que pueden confundirse por su similitud de sus significantes, Alfóns Cervera
, intuitivo periodista, hace esta sabia advertencia para prevenir de oportunistas o falsos profetas, siempre dispuestos a trastrocar nombres o cosas en su propio beneficio: estos osados personajes son capaces de cambiar la propia historia.-Entonces yo me hago la siguiente pregunta. ¿Por qué los distorsionados, Marchalenes, Marjalenes, Marxalenes?


“Los nombres de los lugares son importantes, son esa piel que cubre el entramado interno del cuerpo urbano y la coraza que los pone a resguardo, de muchas veces, de la superchería histórica y los oportunismos políticas de algún instante”

(Cfr. Alfons Cervera.- Levante (E.M.V.) .12 de agosto 2oo1)



Recordamos con manifiesta añoranza algunos de los muchos nombres nacidos de hidrónimos que existen o que han existido a lo largo y ancho, de la geografía valenciana.-

Marjada, Marjalena, Marjaler, Marjalera, Marjalenc, Marjada, Marjalar, Marjaló, Marjaleta, Marjaleria, Marjaletes, -la Goleta, -la Rambla, la Rambleta, -les Plagetes, etc.


Fragmentos de la obra titulada: “Marchalenes: estudio en torno al topónimo”. Juan B. Viñals Cebriá

domingo, marzo 09, 2008

MARCHALENES Y EL DOCTOR OLÓRIZ

MARCHALENES Y EL DOCTOR OLÓRIZ
Semblanza biográfica

Juan B. Viñals Cebriá




Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio, sin autorización escrita del autor Juan B. Viñals Cebriá.
Inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual, 27-XI-2oo6.



Todos sabemos que desde 1919, existe una calle rotulada con el nombre de "Doctor Olóriz", pero lo que puede que algunos no sepan es quien era D. Rafael de Olóriz y Martinez(1848-1913),Doctor en Derecho y vice-rector de la Universidad Literaria de Valencia.

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Prologo.- Panorama histórico que le tocó vivir al Doctor don Rafael de Olóriz y Martínez. El segundo medio siglo XIX y más de dos décadas del siguiente siglo XX, que le tocó vivir a nuestro benefactor, fueron entre dos guerras civiles las de 1833 y 1872,donde transcurren las cuatro décadas más agitadas de lo historia de nuestro País, después nos precipitaríamos en cien años de búsqueda (1874.1978). José L. Yuste.-Un jurista y profesor de Universidad, con preocupación responsable por los problemas básicos del Estado y por la alta política, hace un compendio desapasionado de ese fragmento concreto de nuestra historia, cuando la describe de la manera siguiente.-
"La pacifica proclamación de la II República vuelve a traer a España un instante de esperanza. Pero la inexperiencia de los nuevos gobernantes se suma la intolerancia de unos y la impaciencia de otros (…). Canovas llega al poder en 1874, a los cuarenta y seis años de edad. Durante los siete años inmediatamente anteriores la vida política de España había alcanzado un ritmo frenético: 2 Constituciones, un destronamiento, fracaso de una dinastía, hundimiento de la I Republica: guerra civil en el interior, guerra colonial en Cuba; 14 gobiernos, 4 presidencias en el ejecutivo republicano, 2 regencias, 3 golpes de Estado militares, y un presidente del Gobierno muerto a tiros en las calles de Madrid. La nación, exasperada, no era precisamente un modelo de templanza”.
(Cfr.José Luis Yuste.-Las cuentas pendientes de la política en España.1986.pp.62.y 63)
Dentro de la panorámica tan convulsa y de continuos enfrentamientos que vivía nuestro País, el Doctor Olóriz, mantiene la practica diaria de sus tan arraigadas convicciones morales, cuida colmadamente de sus queridos padres, es un ecuánime y fiel cumplidor en su
trabajo.
El catedrático J. Ros, al referirse al Doctor Olóriz, lo hace con este parrafo que compendia todas la virtudes que le adornaban a tan loado profesor-
"ATENCIÓN SOLICITA A SUS PADRES, TRABAJO DIARIO BIEN HECHO, Y RELIGIÓN SIN MISTICISMOS"
El diario El Mercantil Valenciano, antagónico exacerbado al culto practicado por el Doctor Olóriz, cuando se hace público su testamento donde se recogen las meditadas disposiciones, y donde queda constancia de la innata bondad del testador, quien por propia voluntad llegó en ocasiones a apartarse de la vida mundana, con el fin de poderse dedicar al cuidado de sus seres queridos, y con cuerpo y alma a su noble trabajo, todo con la única y postrer intención, de lograr reunir un buen patrimonio con el fin, de que después de su muerte, se invirtiese para que se continuase impartiendo la enseñanza entre la juventud más necesitada de su Valencia. Tras su fallecimiento, con tipografía en
gran relieve, ofrecía este tan explícito titular.-
“LA CONDUCTA DEL EXIMIO AMADOR DE LA ENSEÑANZA, DEBE DE SERVIR DE EJEMPLO”

Su transito por la vida.- Don Rafael de Olóriz, durante el transcurso de sus sesenta y cinco años de vida, discurrieron, los primeros años los dedicó a adquirir una amplia y sólida formación, para luego dedicarse a las constantes diarias anteriormente referidas, con el pensamiento de que tras su muerte, se continuara sembrando la fecunda instrucción por medio de la fundación de centros de enseñanza y de ayuda a su apasionada Facultad de Derecho, instituyéndose a tal fin becas destinadas a los jóvenes con menos recursos económicos y fomentar los fondos de la biblioteca. Muestra toda su disimulada grandeza en que discurrió su vida austera cuando el notario, lee su generoso testamento
ológrafo. Para conocer mejor la personalidad moral de Don. Rafael de Olóriz y Martínez, se le tiene que situar arropado siempre con la dignidad y hombría de bien que rodearon todos los momentos de su existencia, la practica diaria del trabajo, y atención a sus padres, vivió apartado de amistades de conveniencia, de boatos sociales tan proclives para alcanzar puestos relevantes, o prebendas, no practicó culto a falsas vanidades, y fue esquivó a toda ostentación superficial.

Su valencianía.- Don Rafael de Olóriz y Martínez, fue un valenciano de corazón y por linaje, de padre y madre, de San Juan y Aspe, (Alicante). En la Facultad de Derecho era decidido partidario de la llamada -Escuela Valenciana- . Fue el suyo un valencianismo sin exclusiones. Su linaje, era blasón que preservaba y le colmaba de orgullo. Doctor Olóriz, como respetuosamente era conocido en aquella Valencia laboriosa y artesana; era su apellido, junto el grado de doctor, tan acreditados y respetados, que llegó
a tener un prestigio mayor que el de un autentico titulo nobiliario.

Nuestra deuda- Los ex alumnos de las Escuelas Públicas Olóriz , y vecinos del antiguo barrio de Marjalena / Marchalenes, tenemos contraída una deuda desde que en el año 1919, se inaugurara el Colegio Público, que en lo alto de su frontispicio brilla el glorioso apellido Olóriz. Ojalá, que esta sencillísima semblanza, despabile nuestros corazones, y juntos Ayuntamiento de Valencia, Facultad de Derecho, Colegio de Abogados, y Real Sociedad Económica del País, para que juntos, perpetuemos el homenaje, que desde hace tanto tiempo merece tan insigne humanista.


A modo de preámbulo.-
La búsqueda de la documentación para poder pergeñar la presente semblanza biográfica destinada ha glosar y propalar el magisterio que impartió el Doctor Olóriz, ha estado lleno de dificultades, principalmente hemos tropezado con la creencia popular, que con cerrazón mantenía, que la profesión de tan relevante personaje fue la de medico, y el otro gran inconveniente, fue debido a que a la hora de empezar la elaboración de la presente semblanza, en esos momentos, se encontraban realizando obras de adecuación en el histórico edificio de la Universidad.
Exigua es la documentación encontrada en su emplazamiento provisional de la calle de Enguera, no obstante hay que señalar las facilidades que nos dispensó el personal que esos momentos se encontraba al frente de ese Archivo provisional.

La búsqueda en la Biblioteca del Colegio de Abogados de Valencia, resulto infructuosa también, por cuanto en esos momentos no se pudo localizar ningún soporte documental,
es de justicia reconocer el atinado consejo ofrecido por don Jesús Villalmanzo Cameno, quien fruto del mismo, nos ha permitido encaminar nuestra bisoña andadura en materia de investigación biográfica.
La mayor aportación documental las hemos conseguido en los Archivo General de la Administración (Alcalá de Henares) y Archivo Histórico Nacional (Madrid).
De interés resultaron también los documentos encontrados en la Biblioteca del Ateneo Mercantil de Valencia, Conselleria de Justicia y Administraciones Públicas, Archivo de la Real Sociedad de Amigos del País. Gracias, para don Daniel Benito Goerlich, responsable del Patrimonio Cultural de la Universidad de Valencia, quien por su personal intervención fue restaurada, adecentada y restituida en el lugar originario, la placa, que en el año 1924, le fue dedicada al Doctor Olóriz y gracias de nuevo, por la fotografía que nos proporcionó del Vice-rector de la Universidad Valentina. Gracias también, al profesor don Miguel Llinares Raga, por las exclusivas fotografías aportadas de antes de ser mejorado el monumento instalado en el jardincillo situado dentro del
grupo escolar que lleva su nombre.
He dejado aparte a una persona de especial relevancia, que me ha ayudado a perfeccionar aspectos valiosos con respecto a la ordenación de la presente semblanza. Se trata del Cronista oficial de la ciudad de Silla, don José Antich Brocal, que desde 1975, mantenemos una cordial amistad, nacida de su fina percepción literaria y por mi condición de corresponsal de prensa, en esa entrañable ciudad del l`Horta Sud.
Gracias a todos los organismos mencionados, y de manera muy especial a las personas que me distinguieron con trato tan deferente.
El autor

domingo, marzo 02, 2008

MARCHALENES Y LAS MADERADAS

MARCHALENES Y LAS MADERADAS
Tradiciones olvidadas

Juan B. Viñals Cebriá

El río Turia, o Guadalaviar, que tan unido está desde siempre con el arrabal conocido en la antigüedad con el eufónico nombre valenciano de Marjalena que en aquellos remotos tiempos
se encontraba situado a extramuros de vora riu Turia, al norte de la ciudad de Valencia. Nuestro río nace en el pequeño pueblo aragonés Guadalaviar de nombre árabe, es donde nace el llamado río Turia, Blanco, o Guadalaviar que por todos estos, y otros nombres, se ha conocido a lo largo de la historia este río, que tan vinculado a estado desde siempre a la ciudad de Valencia y muy especialmente a nuestro arrabal, donde en ocasiones el lecho del río quedaba fundido con les terres marjalenques, la conca y la hondonada formando todo un mismo ente. De la época que la urbe se encontraba sitiada por las huestes del Cid Campeador, una expresiva elegía árabe que hace mención expresa al –Guadalaviar; río, que tan estrechamente emparentado a estado desde siempre a la vida o la desolación, todo como consecuencia de los cambios originados por las propias circunstancias naturales, o en función de sus cíclicas crecidas y de los procesos de desbordamientos de la red de paleo cauces y torrenteras que discurrían por la parte izquierda donde el viejo arrabal y el río se fundían como un sola cosa.-
“El tu muy noble río Guadalaviar, con todas las otras aguas de que tú muy
bien te servias, salido es de madre e va donde debía.”
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Nuestro río Turia en su nacimiento discurría por profundos tajos excavados en calizas y areniscas que no dejan ningún espacio para aprovechar sus orillas para los cultivos. En su paso por nuestro arrabal ocurría justo lo contrario unos pocos kilómetros antes de desembocar en su inmensa huerta, en sus margenes inclusive en Parterna, al igual que en nuestro raval se cultivaba la planta del arroz. El río Guadalaviar era tan caudaloso en la más remota antigüedad que fue navegable para los barcos fenicios y cartagineses, quienes remontaban aguas en busca de productos en los poblados ribereños, posteriormente en documentos medievales vinculan el censo por la concesión de los permisos para navegar las barcas hasta las cercanías de Paterna, Marco, 1960 -en su argumentada publicación, ofrece la tesis de Valls, en el que se narra que el transcurso de la tercera década del siglo XV era navegable el río Guadalaviar.
“(…) Alfonso el Magnánimo concedió en enfiteusis a Bernardo de Basaldú el derecho de tener barcas en el Guadalaviar desde Paterna al mar con censo de un morabitin de oro por cada barco que tuviese, todo ello para obviar
los peligros que existían.
Durante siglos, las gentes de los Serranos y del Rincón de Ademuz, sobrios moradores del norte de la provincia de Valencia, fueron los encargados de conducir, con pericia y en arriesgadas travesías río abajo, los troncos cortados de aquellos montes, hasta que concluían diestramente almacenados en la llanura, o en la conca junto la Rambla de la antiquísima Marjalena/Marchalenes, todas estas cuadrillas de guías de las arriesgadísimas maderadas, eran considerados por su valentía y arrojo, con el calificativo de intrépidos. Rivalizaban en tan codiciada habilidad y bravura las cuadrillas de gancheros conquenses que sobre el río Quélaza (Cabriel), quienes conducían la maderada al sur de la provincia de Valencia, concretamente hasta Alcira, en la Ribera Alta y, desde esa importante ciudad, eran reconducidos nuevamente los troncos hasta Cullera, en la Ribera Baja, y desde esta última población, se embarcaban hasta Denia, en la Marina Alta, donde existían expertos calafates dedicados a la construcción de barcos y experimentados mestres d`aixa.
De esta tan arriesgada como peligrosa profesión han escrito entre otros, don Teodoro Llorente, J. Pardo de la Casta, Manolo Cambra Martí, Miguel Romero Zaiz. M. Sanchis Guarner, en su libro.- “La Ciutat de València (1983), se refiere de la manera siguiente a tan espectacular profesión.-
“(…) Hom distinguia la “fusta de mar” o d`importació desembarcada en el Grau, de la “fusta de riu” procedente dels boscos d`Aragó i del Serrans, que era devallada surant pel Túria, en rais conduïts per intrepits “ganxers” de Xelva o Ademús, i apilada en “peanyes” a Marxalenes i a la Saidia”(SIC).
Previamente a la llegada de la maderada, se ordenaba atrancar todas las compuertas de las azudes, tanto los de la parte derecha, como la parte izquierda del río, y de esa manera se propiciaba aumentar sensiblemente el caudal del rio, para mejor trajinar con los troncos por el entoncez caudaloso cauce del Turia.

Don Luís B. Lluch Garín erudito local, hace la siguiente descripción en “Los Bosques Valencianos” (1957),-
“(…) El pregonero del bosque era aquella voz que, como un heraldo corría por las calles de nuestra vieja
ciudad:
_ ¡Ha llegado la maderada!
Todos los vecinos llenaban el puente Nuevo, nuestro actual puente de San José, y se acomodaban sobre la barandilla para contemplar a sus anchas y con toda comodidad aquel curioso espectáculo (…). Nos dice y cuenta don Teodoro Llorente, en su “Historia de Valencia” que los madereros Chelvanos, y también -añado yo- los buenos madereros del Rincón de Ademuz. “Era gente sobria y valiente –sigue describiendo el citado autor-, de tostado cutis y músculos de acero, de aspecto semiarábigo, vistiendo tosco y acampanado sombrero de negrusco fieltro, fuerte chaquetón de paño pardo, voluminosa faja y cortos zaragüelles de lienzo blanco y empuñando el gancho de su oficio , fuerte alabarda con la cual guían los maderos, los separan, los recogen y dan curso habilísimamente a ese montón enorme de troncos que de el río llega, y que en cada instante amenaza con un peligroso embarrancamiento. Por un mísero estipendio –continúa el citado don Teodoro Llorente-, tres reales y medio de jornal en dinero, cuarenta onzas de pan negro, una de aceite y media azumbre de vino, pasa tres o cuatro meses aquella pobre gente, viviendo como anfibios (…).
Todo lo contrario que a los sobrios gancheros valencianos, les ocurría a los madereros de las cuadrillas de hombres conquenses
, que disfrutaban de la consideración de ser proveídos durante la travesía con la comida condimentada por mujeres, que hacían las veces de cantineras y que eran conocidas con el cariñoso sobrenombre de las bonacheras. También ha escrito sobre las maderadas F. Herrero, (LAS PROVINCIAS, 28 de noviembre, de 2006). -El siguiente párrafo corresponde a una crónica donde se reproduce cuando Pardo relata la exhibición que los madereros valencianos efectuaron en Aranjuez donde se hallaba la reina Isabel II y su corte:
“Los madereros –escribe– ejecutaron las maniobras de su oficio con presteza y habilidad y construyeron un puente movedizo, pero seguro, por el cual su majestad, seguida de sus aristocráticas damas, cruzó el río”...,
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En 1830, el intendente corregidor de Valencia ordenó, que la madera no fuese apilada en la Rambla todo como consecuencia del peligro que suponía que una riada hiciese estrellar los troncos sobre los trece arcos de sillería que consta el puente de
San José, o de los otros puentes. Sobre los dos tajamares, espolones salientes de los pilares para frenar la corriente del agua, por aquellos tiempos había dos esculturas de Ponzanelli. Es a principio del siglo XX, cuando proliferaron los aserraderos y almacenes de madera vora riu. Las expediciones de las maderadas todavía llegaron a Valencia hasta bastante tiempo después, según aparece en un periódico de 10 de febrero 1867 que informa de que la remesa de maderas que periódicamente se trasladada al cap i casal, acaba de llegar a las puertas de la ciudad y los troncos son apilados en los almacenes y peanyes situadas en la parte izquierda del puente de San José. Els marjales moradores de este antiquísimo arrabal eran testigos preferentes de tan espectacular, como habilidoso y arriesgado trabajo de las cuadrillas en la atrevida conducción de las ingentes maderadas hasta dejarlas almacenadas en la hondonada que por aquel entonces alcanzaba desde el pont Nou (san José) hasta la actual pasarela de Nuevo centro, donde antaño se encontraba el tétrico cremador.