sábado, enero 31, 2009

Marchalenes: poblado, arrabal, o partida, nunca alqueria (XVIII)

Marchalenes: poblado, arrabal, o partida, nunca alqueria (XVIII)
Marchalenes: poblado, arrabal o partida, nunca alqueria, debido a que el topónimo germinó en la hondonada donde se conformaban las diferenciadas tierras marjales a la vera del río Turia, en el septentrión de extramuros de la ciudad de Valencia.
(Misceláneas de su historia)
Juan B. Viñals Cebriá
DESAPARICIÓN DE LAS HUERTAS DE MARCHALENES.
En el capítulo anterior hablábamos de la l`Olleria, histórico caserío musulmán-valenciano, asentamiento principal de los artesanos Ollers(alfareros), situado a la vera de la acequia de Mestalla, braç de Petra, dentro del raval de Marjalena, tanto el lugar, como la acequia, aparecen ya mencionados en el celebrado Llibre del Repartiment.Hoy nos referiremos a la desaparición de las huertas de Marchalenes, en el periodo de los últimos años del S. XIX y primeros del S. XX, es cuando el Ayuntamiento de Valencia decide ampliar la ciudad y se realizan las dos Grandes Vías y además de la avenida de Victoria Eugenia (Reino de Valencia) que en un principio, el proyecto pretendía que llegara hasta la misma escalera Real del Puerto. Con la aparición de nuevas zonas urbanas en nuestra horta nord, se trazan nuevos caminos y calles, por lo tanto cunden las expropiaciones por doquier. La gran ciudad se engulle entre otras la mayor parte de las fértiles huertas y vegas de este raval marjalenc. Frente al Monasterio de la Zaidia se acomete y se ejecuta la apertura del nuevo camí de Barcelona (avenida Constitución) y algunas de sus calles adyacentes, hasta el mismo molí de Villacampa. Al mediodía se proyecta y realiza el camí Nou de Burjassot, Llíria, o Ademús (Avinguda Burjassot). Siendo alcalde de Valencia don Joaquín Reig Piqué (1884-1885), por la parte norte, se abre una gran ronda conocida como el Camí Trànsits (Avenida Peset Aleixandre, y como consecuencia de tan portentosa obra se deja cercado al barrio de l`Olleria). El Camí Trànsits en su diámetro constaba de doce kilómetros y estaba previsto en todo su recorrido de planchas metálicas destinadas a favorecer el tránsito de los carros. También se plantaron árboles para favorecer de sombra a viandantes y carreteros. Y por si esto fuese poco, durante el año 1887 aún se le esquilman más alquerías y tierras a este arrabal al colocar las vías del ferrocarril eléctrico Marchalenes Líria y la consiguiente instalación de la nueva estación metropolitana, con sus correspondientes servicios anexos para el funcionamiento de este nuevo transporte destinado a personas y mercancías. Entre las actuales calles Juan XXIII hasta la Gayano Lluch se encontraba el “femer” en donde los “fematers” (huertanos) depositaban la monda que recogían en sus carros por la ciudad y que luego se servía como abono para la huerta.
DESAPARECIDO TODO NUESTRO ESPLENDOROSO PATRIMONIO Con tristeza, añoranza y hasta con reprimida melancolía tenemos que decir donde antes habían blancas Almunias, cenias regadas con norias, rahals, alquerías, barracas, alguns molins i llogarets...Donde antes había frondosas huertas y deliciosas vegas bañadas por las cristalinas y abundantes aguas, provenientes de las siempre caudalosas acequias de Mestalla, Tormos, Rascaña, Braç de Petra, Rambla i Algirós, y toda aquella extensa y bien trazada red de acequias menores compuestas por rolls, braços, regs, sequiols, bollidor, goleró, llengues i ullals...no queda res.Si exceptuamos la gran obra que fue la construcción del perfecto sistema de riegos de nuestras vegas y huertos, nada ha quedado del gran patrimonio cultural que nos dejaron nuestros antepasados árabes. Todo ha desaparecido cual si un vendaval hubiese borrado el esplendoroso pasado musulmán en Marjalena, La Saidía, l’Olleria, y Tendetes, a diferencia de otros asentamientos de Al Andalus. En nuestro antiquísimo “raval” todo el patrimonio musulmán que figuraba antes del “REPARTIMENT” fue destruido o esquilmado, hasta el punto en que se desconoce donde se encontraban el palacio o el alcázar, o los supuestos y sibaritas baños de una reina o rica mora, las mezquitas, los molinos, o los artesanales hornos dels “ollers”, inclusive los preciosos jardines que en la antigüedad cantaron famosos poetas árabes valencianos, no queda ningún edificio, convento, fuente, o retablo que perpetúe nuestro pasado histórico. Esta lamentable situación no ocurre solo en Marchalenes. No se salva de esta tropelía ningún arrabal o barrio de la ciudad de Valencia en lo que respecta al ultraje sufrido con el desaparecido y después tantas veces añorado patrimonio árabe-mudéjar, o musulmán valenciano. Nuestra huerta y sus moradores de tez morena, como copia de los moriscos en el sentido exacto de la etimología que tiene la palabra, eran sus labradores que antaño vivieron por estas huertas, capitulo relevante en este arrabal fueron sus abnegados labradores; ellas, y ellos, eran a diario los primeros que llegaban todos los días al Mercado de Abastos de Valencia, donde con destreza y donosura exponían sus acreditadas mercancías en sus puestos, para seguidamente pasar a pregonar sus frutas y hortalizas con aquella su peculiar garantía, a la que acompañaban aquellas eufónicas y categóricas voces que pronunciadas por el efecto de la imela (la imela es un "fenómeno fonético de algunos dialectos árabes, antiguos y modernos, consistente en que el sonido a, generalmente cuando es largo, se pronuncia en determinadas circunstancias como e o i. Existió en el árabe hablado de la España musulmana" (DRAE), y nuestros labradores pregonaban dulcemente, aquello de.- ¡Ja esta ací el Marjaler!, o ¡Ja esta ací la marjalera! -No habia nada más que hablar, ni que decir -estaban más que garantizados la calidad de sus excelentes productos. Donde originariamente se hallaba Marjalena, horta i marjals de l’antic raval de extramurs de la Ciutat de Valencia”,- “no queda res” y por tanto olvido e indiferencia. Terminaremos dando paso al loado poeta Vicent Andrés Estellés, premio de las letras valencianas, que con tanta frecuencia visitó este arrabal que con su apasionado cariño por las cosas de Valencia, dejó escrito en “Las Provincias” el siguiente fragmento referido a la popular “Parreta” donde se condimentaban las más sabrosas paellas, y al conocido “Molino de la Esperanza”.“Ara no queda res. Es a dir: ara l’horta ha desaparegut, tot està edificat. LA ciutat creix i s’ho menja tot. És un fet, però malgrat totes les comprensions, un fet trist i melancòlic...no queda res...”
BIBLIOGRAFIA y FOTOS
Juan B. Viñals Cebriá. –« Marchalenes(...) ».-2000.

sábado, enero 24, 2009

Marchalenes: poblado, arrabal, o partida, nunca alqueria (XVII)

Marchalenes: poblado, arrabal, o partida, nunca alqueria (XVII)
Marchalenes: poblado, arrabal o partida, nunca alqueria, debido a que el topónimo germinó en la hondonada donde se conformaban las diferenciadas tierras marjales a la vera del río Turia, en el septentrión de extramuros de la ciudad de Valencia. (Misceláneas de su historia)

Juan B. Viñals Cebriá

L`OLLERIA
(Partida del raval de Marjalena) En el capítulo anterior hacíamos referencia al Barri Barrinto, que fue conocido anteriormente como “les Cases de Sarso”. Y escrbíamos que, poseemos testimonios orales, de cuando quedó configurado este diminuto núcleo rural, por lo que debemos de situarlo en el transcurso del siglo XIX. Hoy nos referirnos a L`Olleria, histórico caserío, musulmán situado a la vera de la acequia de Mestalla, braç de Petra, que tanto el lugar, como la acequia, aparecen ya mencionados en el celebrado Llibre del Repartiment. L`Olleria se conformaba a la inmediación de la mencionada acequia de Petra, cuyos dos históricos nombres se pierden en la oscura noche de los tiempos. Lindante entre Benicalapech/Benicalap y la Senda dels Bandejats, todo dentro del ámbito del antiquísimo Marjalena/Marchalenes. En la actualidad engullido por altas edificaciones, aun podemos encontrar sus restos olvidados junto al Parque de Marchalenes. En la década de los años sesenta, concretamente el día 9 de abril de 1964, de manera incomprensible el Ayuntamiento de Valencia cambio el rotuló de l`Olleria por el de calle Olba, privando al lugar de tan histórico y determinativo topónimo, por donde antaño discurría la ya mencionada y caudalosa acequia de Petra, quien junto a las de Algirós, Rambla Rascanya, Tormos, Mestalla y terres marjalenques de vora riu propiciaban las arcillas para los artesanales Ollers, nombre que se fundamentaba en el ancestral oficio de los artesanos pobladores de este lugar. Personas mayores, cuyos antepasados vivieron desde siempre en este apacible territorio, recordaban con añoranza que sus abuelos dijeron que sus antepasados elaboraban con artesanal destreza objetos construidos con arcillas provenientes de las referidas acequias y ramblas. Tan artesanal oficio ya existía desde antes de la llegada de las huestes del Rey Jaime I. Los musulmanes valencianos moradores de este territorio eran de profesión Ollers, denominación valenciana del castellano Olleros (alfareros). Se dice que los Ollers de Valencia tenían gran destreza en la elaboración de las diferentes vasijas de barro, y que tenían gran pericia para seleccionar las arcillas para según que objeto pretendían elaborar. Las arcillas pobres en hierro se empleaban para los receptáculos destinados con el contacto con el fuego, ya que estas arcillas resistían altísimas temperaturas como perols i cassoles y otros objetos para cocinas de uso domestico y, los revestimientos de los hornos de pan-cocer. Para la transformación de las grandes ollas, atifells (vasijas), ánforas, cantaros y jarros, se aprovechaban arcillas más elásticas que se moldeaban con suma facilidad y que después de horneados adquirían gran dureza y resistencia. Estos objetos de gran tamaño eran destinados en aquellos remotos tiempos, para almacenar o transportar agua, aceite, vino, salazones y otros adobes perecederos.
ULTIMOS TIEMPOS DE L`OLLERIAHasta que apareció la desaforada especulación, l`Olleria era por entonces un idílico paraje valenciano, por donde fluía caudalosa la mencionada acequia .Mi primer recuerdo de este lugar correspondería al año 1933, en que acompañaba en aquella ocasión a mi abuela María, que iba a visitar a unas amigas. El caserío que recuerdo y la caudalosa acequia eran envueltos por un frondoso vergel con altos y variadísimos árboles que proporcionaban una idílica umbría; sus edificios eran de una u otra manera lo que en Valencia se conoce como alquerías, de construcción bajo medieval , todas ellas se encontraban encaradas a la gran ciudad, uno de los motivos principales que llamaban poderosamente la atención, era la blancura de las fachadas, como queriendo perpetuar su ascendencia como si de un aldea moruna se tratara. Frente al agrupado caserío donde discurría la amplia y profunda acequia se había construido un banco con rajoles donde se disfrutaba de tan apacible sombra, favorecida por la frescura de la corriente del agua tan cristalina. Para acceder a la llamada alqueria de Benito (anteriormente Blay Martí), feudo que se encontraba enfrente y para cruzar el canal, se disponía de una palanca, la puerta principal se encontraba cara a poniente. El vecindario estaba compuesto por huertanos, creyentes en su mayoría, y sentían gran veneración por el dominico Sant Vicent Ferrer. El dominico valenciano que según el historiador Martínez Aloy.-“Tanto gustaba de apostolizar por estas huertas”. Hasta el día de hoy aun se pude contemplar algún retablo de taulellets manisers, que reproducen al santo dominico valenciano.
ETIMOLOGIA Y ORIGEN DEL TOPONIMO “Las grafías documentales recogen perfectamente la trayectoria fonética del topónimo. La voz geográfica encuentra apoyo interpretativo en el vocablo común Olleria, alfar, -alfarería procedente igual que oller, del latín. En efecto, el latín vulgar Olla (del latín clásico AULÚLA, olla) originaria también la forma derivada ollarius, de donde nuestro oller formó el valenciano el derivado de Olleria base de nuestro topónimo.Ya en el Repartiment encontramos lexicado como topónimo el vocablo oller, con la grafia Olarios, y también con la forma latinizada Ollarius”.
Bibliografía. Desamparados Cabanes Pecourt, Ramón Ferrer Navarro, Abelardo Herrero Alonso.-
“Documentos y Datos (…)” 1981.Juan B. Viñals Cebriá.-“Marchalenes (…)”. 2000. Y fotos.

domingo, enero 18, 2009

Marchalenes: poblado, arrabal, o partida, nunca alqueria (XVI)

Marchalenes: poblado, arrabal, o partida, nunca alqueria (XVI)
Marchalenes: poblado, arrabal o partida, nunca alqueria, debido a que el topónimo germinó en la hondonada donde se conformaban las diferenciadas tierras marjales a la vera del río Turia, en el septentrión de extramuros de la ciudad de Valencia.
(Misceláneas de su historia)

Juan B. Viñals Cebriá

BARRIO BARRINTO (Cases de Sarso)
En el capítulo anterior habíamos hablado de las calles de la Bomba, de la calle Actor Mora (Casas de Real), y la desaparecida Senda del Ventrero, correspondiente a la calle Doctor Olóriz, avenida Constitución. En el presente capitulo queremos referirnos al Barrio Barrinto, anteriormente conocido como “les Cases de Sarso”. No poseemos documentos, pero sí testimonios orales, de cuando quedó configurado este diminuto núcleo rural, por lo que debemos de situarlo en el transcurso del siglo XIX. El amigo Félix Valls Pons, huertano y buen conocedor de la historia de este poblado mitad lacustre y mitad huertano, es quien me asegura, que según su padre, este caserío se llamó con los indicados nombres; nombres, que posiblemente fuese todo como consecuencia de los motes o apodos, que tenían los dueños del caserío, primero serían los de la familia Sarso, y después pasaría a la de Barrinto. Retomando la década de los años 40, del siglo pasado, el vecindario de Marchalenes, conocía tan diminuto lugar, con el ampuloso nombre de Barrio Barrinto, en realidad se trataba de un pequeño grupo de casas y corrales de ganados en medio de tan fértil huerta, en total habían diez casas, y en cinco de ellas disponían de un piso con vivienda. Todas estas edificaciones estaban encaradas frente a poniente, y el censo del vecindario en su mayor desarrollo la componían quince familias. Esta aldehuela, aunque distante, en el callejero de la ciudad de Valencia, figuraba integrada en la calle Montanyana.El desplazamiento desde el núcleo principal de Marchalenes, se realizaba por un camino de tierra, el cual empezaba entre la casa del Rosafench, el Molí Plantes, y la alqueria de Lluna, donde más al Este, se encontraba el Maset del Canari, lugares estos próximos a la vieja Estaçioneta de Marchalenes. El principio de la entrada del camino se encontraba franqueado en una parte, por una monumental Higuera, y en la otra, por un más que centenario Olivo. La primera edificación que te encontrabas era con la casa de Presentaçiò la Minyona, nacida el día 21 de noviembre de 1902, y fallecida más que centenaria. Principalmente el trasiego de carros, y vehículos se realizaba por un viejo camino de herradura, que tenía su entrada y salida por el camino de Tránsitos (actualmente Peset Aleixandre). Uno de los rasgos característicos de estas huertas era su dedicación al cultivo de verduras para el mercado de la gran ciudad, un dato curioso, pero nada extraño en estas antaño tierras marjalencas, es que años después de terminada la guerra civil (1936-1939), Voro el de Barraca, mantuvo la tradición y continuó cultivando arroz regado con agua de la acequia de Tormos, lo mismo que siglos antes lo hicieran vora riu los moradores de estas tierras marjalencas. Otro caso que nos viene a confirmar la bondad y fertilidad de estas huertas es que los Barrintos, en unas de sus propiedades, y más concretamente en las parcelas recayentes a la parte posterior de Casa Lluna, con éxito y con frecuencia cultivaron la chufa, de donde se elabora la deliciosa horchata (deliciosa bebida refrescante valenciana, preparada con agua, azúcar y chufas. Las chufas son unos pequeños tubérculos subterráneos con forma de nudos que proceden de las raíces de la juncia avellanada, que se llama así por la forma de su fruto parecido a la avellana). El trato entre las familias residentes en tan apacible y delicioso lugar, era por su cordialidad y confianza, como si de una sola familia se tratara. Otra particularidad muy común entre los lugares de la huerta, es que la mayoría tenían o se conocían por el apodo, mi amigo Jacinto Pérez, desgraciadamente desaparecido y originario de este barrio, me contaba hace más de ocho años los motes que en ese momento le vinieron a la memoria, -el tío Guitarra, el Moreno, el Cabrero, el tío Pisorro, la Guardabarrera, el Caragolero. -Alt, i se m'oblidava dir-te que jo sóc fill, de la Minyona-. En la actualidad no queda vestigio alguno de tan delicioso lugar huertano, recordar que este caserío se encontraba donde actualmente se halla la Piscina dentro del Parque de Marchalenes. Sirvan estas breves líneas como recuerdo de las personas que tan felizmente vivieron en el dicho lugar, y además de dejar constancia de la existencia del luminoso Barrio Barrinto, dentro del barrio de Marchalenes.
Bibliografía y fotografías.:
uan B. Viñals Cebriá.-“Marchalenes (…)”.2000.

sábado, enero 17, 2009

Marchalenes: poblado, arrabal, o partida, nunca alqueria (XV)

Marchalenes: poblado, arrabal, o partida, nunca alqueria (XV)
Marchalenes: poblado, arrabal o partida, nunca alqueria, debido a que el topónimo germinó en la hondonada donde se conformaban las diferenciadas tierras marjales a la vera del río Turia.
(Misceláneas de su historia)

Juan B. Viñals Cebriá


En el capitulo anterior hacíamos una referencia al “llogaret” de Tendetes, y algunas de sus circunstancias históricas, así como al incierto origen de su controvertido nombre. Entre las misceláneas del presente capitulo hoy queremos recordar, que cuando discurrían los últimos años del siglo XIX, existía en el barrio de Marchalenes, una calle con el insólito nombre de la Bomba, desconocemos cual seria el motivo de que en el nomenclátor de la ciudad de Valencia, figurara la mencionada calle con tan explosivo nombre. ¿Cuál seria el motivo de que rotulara con este nombre? ¿Que significado tendría aquel nombre? -Esta callejuela o “Adzucat,” (“cul de sac”), denominación que coloquialmente dábamos en valenciano a las calles que no tenían salida. La anécdota poco grata surgió en el transcurso de la guerra civil española (1936.1939), cuando un agente de la Guardia de Asalto del bando republicano, que vivía en la mencionada calle, le hicieron prisionero, y su esposa al intentar escribir a su marido una carta a través de la Cruz Roja, pensó que en el enemigo podria levantar sospecha el mencionado nombre, y tuvo que recurrir al cambio de domicilio de un familiar con nombre nada belicoso, pues temía que el marido fuese represaliado por residir en una calle con el nombre de tan destructor artefacto. La desaparecida calle o “Adzucat,” de la Bomba, se encontraba donde ahora se halla la calle Periodista Llorente, en la parte recayente a la calle Reus, cerca del Parque de Marchalenes. También es verdad que “els marjalers” diferenciábamos algunos tramos de calles, o sendas, con nombres que nosotros mismos adaptábamos pero que no tenían ningún rótulo; ahora recuerdo la, “Senda del Ventrero”, esta travesía, o senda con el suelo casi siempre húmedo y negro el cual discurría entre el alto muro del huerto del Monasterio de la Zaidia, y una acequia, y tomaba el nombre debido que en el camino de Barcelona, actual Avenida Constitución, esquina calle Ruaya, existía una afamada taberna conocida con dicho nombre. También recuerdo las próximas y célebres Casas de Real, donde en el Nomenclátor de 1876, figura Barrio sexto, como Poblado. En época anterior se conocía como -Vía de Bétera-. Posteriormente el 22 de septiembre de 1934, la comisión de Estadística rotula con el nombre de calle Actor Mora, -ya que anteriormente como decíamos se conocía como -Vía Bétera, este caserío se encontraba entre la de Sagunto, y el Camino de Barcelona. En la antigüedad este poblado era conocido popularmente como “carrer Mitjagalta” Pocos recordaran este antecedente de este apacible lugar de la actual calle Actor Mora, donde todas sus casas se encontraban encaradas hacia la gran ciudad.Continuará
Fotos:Juan B. Viñals Cebriá

sábado, enero 10, 2009

Marchalenes: poblado, arrabal, o partida, nunca alqueria (XIV)

Marchalenes: poblado, arrabal, o partida, nunca alqueria (XIV)
Marchalenes: poblado, arrabal o partida, nunca alqueria, debido a que el topónimo germinó en la hondonada donde se conformaban las diferenciadas tierras marjales a la vera del río Turia. (Misceláneas de su historia)

Juan B. Viñals Cebriá



En este capitulo haremos mención al entrañable lugar conocido últimamente como Tendetes, y que tan vinculado estuvo desde siempre al arrabal de Marjalena/Marchalenes. La primera referencia escrita que encontramos de este lugar aparece con la grafía de Tendetes Marjalena, nombre por el cual se conocía este luminoso llogaret (caserío) cuando discurría el siglo XV , hasta alcanzar el siglo XVI; cuando el 6 de septiembre de 1507, la iglesia de Campanar, se desmembró de la de Santa Catalina, y se adopto por el de Tendetes de Campanar, todo ello debido a que los feligreses de Tendetes y Marchalenes dejaron de pertenecer a San Bartolomé, y los primeros de ellos , pasaron a ser parroquianos de la iglesia del poblado circunvecino de Campanar. Tendetes pequeña aldehuela, en sus postreros momentos se le designaba sin más, como Tendetes. Este apacible y luminoso caserío, en la década de los años sesenta del siglo XX, se localizaba en el margen izquierdo del río Turia, en el septentrión de extramuros de la ciudad de Valencia. Este prehistórico y tranquilo llogaret palabra que en valenciano tiene el significado de: alqueria, forn, i molí, lugar que hasta en los últimos momentos de su existencia guardaba un entrañable sabor entre huertano y artesano, en donde sus moradores se prodigaban entre sí, un trato como si de una familia bien avenida se tratara, y por la cual cosa se conocían todos por sus afectivos sobrenombres, ahora entre otros queremos recordar a los establecimientos que completaban el censo allá por la mitad del siglo XX fueron la botigueta del Cabut, el Cafetí del Gafarró, y el forn del Alcalde, sin olvidar los pequeños y circunvecinos, Barrio Farol, Barrio Perolets, Barrio la Figuera, camí Transits, camí Paterna, camí Nou, y el Calvari. Las fiestas tradicionales de Tendetes, siempre coincidían en el segundo domingo de octubre, y duraban tres días, donde en gastronomia descollaban entre otros, el típico arros amb fesols i naps con que se obsequiaba a la multitud de visitantes forasteros. Geográficamente nuestro antiquísimo caserío, se encontraba situado donde ahora se hallan las calles, Mauro Guillem, Valle de Laguar, Joaquín Ballester, Gregorio Gea, Ricardo Micó, Elías Borrás Castelló, y otras calles contiguas, todas ellas extrañamente rotuladas con nombres de significación marinera, y por lo tanto ninguna de esas calles, con nuestros históricos y confianzudos topónimos valencianos. Los primeros documentos localizados que hace mención a este caserío, los encontramos en un trabajo realizado referido a Jaume Matéu, quien realizó los retablos, Mare de Déu amb el Xiquet i àngels músics, col·lecció particular y el retablo de la parroquia de San Lorenzo en la partida de les Tendetes de Marchalena (1418), (…)”. Y en Los Llibres de Avehinament de 1400-1449, y el contenido exacto de su redacción es la siguiente: (759) -“3º-IX-1424. Pedro Ferris, laurador, ex vecino de Liria; habita 'en les tendes de Marchalena tras lo monestir de la Çaidia'. Avec. Por 10 años. (Sic). Esta es la brevísima historia de este caserío que en sus principios tan vinculado estuvo con el popular y típico Marjalena/marchalenes. El significado del topónimo Tendetes, en un próximo Capitulo, los pretendemos analizar.Continuara.
Bibliografía.® Museu de Belles Arts de Castelló
Textos: David Montolío Torán, Sonia Cercós Espejo
Fotos.-Juan B. Viñals Cebriá

sábado, enero 03, 2009

Marchalenes: poblado, arrabal, o partida, nunca alqueria (XIII)

Marchalenes: poblado, arrabal, o partida, nunca alqueria (XIII)
Marchalenes: poblado, arrabal, o partida, nunca alqueria (XIII) Marchalenes: poblado, arrabal o partida, nunca alqueria, debido a que el topónimo germinó en la hondonada donde se conformaban las diferenciadas tierras marjales a la vera del río Turia. (Misceláneas de su historia)

Juan B. Viñals Cebriá


Estos días festivos del año nuevo 2009, hemos dado descanso a los documentos históricos, y hemos aprovechado las fiestas para ver de cerca como marchan las nuevas obras de ampliación del Parque de Marchalenes. Si hubiera que destacar una nota característica de este nuevo parque cuya última fase acaba de iniciarse, esta sería sin duda su tardanza en concluirse, pues hay que recordar que la primera fase se ejecutó entre los años 1998 y 2001, seguida de una primera ampliación entre 2001 y 2003. Con esta última fase quedará definitivamente resuelto este parque urbano que, además de su zona ajardinada, contiene la rehabilitación y adecuación como servicios públicos varias construcciones de relativo valor histórico. .
Diremos que este parque, se encuentra situado en el septentrión de la ciudad de Valencia, cerca del viejo cauce del río Turia, que, cuando esté acabado, se dice que tendrá una extensión total de casi 80.000 m2, en su interior alberga llamémosle tres alquerías, y una casa de recreo, construcciones más o menos vinculadas con el pasado agrícola de este viejo arrabal, y que con su conservación se pretenden recuperar como dotaciones públicas para el vecindario de este populoso barrio de Marchalenes.
El vecindario de este típico barrio hemos podido constatar la colosal marcha de la barriada gracias a este espacio polivalente que, además de ofrecer un lugar para el paseo y el descanso, cuando esté terminado dará respuesta a algunas de las inquietudes sociales, culturales, deportivas -gracias al polideportivo- que alberga las piscinas, y donde tiene el recinto de juego el histórico club de fútbol Marchalenes, y al Parreta CF, con diferentes tipos de juegos pensados para niños y adultos, que van de los toboganes, columpios y balancín -más tradicionales- a otros más llamativos, como los troncos de estiramiento, pirámide de cuerda escalable, caracoles tobogán, serpiente laberinto y aparatos para relajación y practica para ejercicios físicos.
Lo más anacrónico el rotulo del Parque de Marxalenes, en cuya grafía se pierde todo sinonimia con la palabra originaria de –les terres marjalenques- y del posterior Marjalena, nombre de este arrabal acreditado en el siglo XV. Con una más que pequeña muestra se pretende modestamente que el agua sea protagonista -que haciéndose presente a través de un modesto ullal, que se representa, la laguna, las albercas y las esculturas fuentes, al tiempo que rinde un modesto recuerdo a nuestro pasado lacustre. Los paseos toman su nombre de las distintas especies, dando lugar al paseo del Ginkgo, del Olmo, del Sauce, del Chopo, del Fresno, del Almez, del Roble Valenciano, de la Carrasca, del Pino, del Algarrobo y del Olivo. Sin olvidar la presencia del valencianisimo y oloroso Romaní (romero).Pero el pasado también surge, ciertamente, a través de algunas edificaciones, que han sido rehabilitadas y mejoradas en su integridad, confiriéndoles un nuevo uso público: la Alquería de Barrinto, del siglo XIV, en la actualidad la biblioteca Joanot Martorell; la Alquería Félix, también del XIV, alberga el Aula de la Naturaleza; la Alquería Foraster se ha convertido en local de almacenamiento de los utensilios para el parque; y las Antiguas Cocheras, una de las primeras construcciones del ferrocarril, de finales del siglo XIX, que contienen un local para la Tercera edad y un modestísimo Museo dedicado al Trenet. No existe ningún recuerdo que perpetúe el nuevo adoquinado junto la alqueria del Barrinto, que posiblemente escondan vestigios de la vía romana.Este es el paseo dado unos días de año nuevo 2009, por un octogenario marjaler por el parque de nuestro antiguo y popular
barrio de Marjalena/Marchalenes. Continuará.
Fotos.-Juan B. Viñals Cebriá