sábado, noviembre 08, 2008

Marchalenes: poblado o arrabal, nunca alqueria (IV)

Marchalenes: poblado o arrabal, nunca alqueria (IV)
(Recuerdos de su historia)

Juan B. Viñals Cebriá

Nuestro territorio
Marjalena/Marchalenes es la denominación tradicional de una zona del septentrión de extramuros de la ciudad de Valencia, que partiendo del mismo vora riu, limitaba por el este con l`Acudia, al norte Benicalap, y poniente por Campanar. Desconocemos su extensión primitiva, y en ella se encontraban tanto la zona de les terres marjalenques a la vera del río, como el territorio contiguo que después de rebasar la Rambla, se localizaba la ubérrima huerta.
Marjalena, fue una singularidad en la misma ciudad de Valencia, aunque parecida a otros parajes de tierras lacustres en el viejo reino de Valencia. Antaño era la única y principal zona húmeda más próxima al centro de la ciudad, territorio donde nos recuerda un pasado más abundante de agua, antes que el hombre hiciese desaparecer la hondonada, llanura, o prado, de vora riu. La desaparición de las tierras marjalencas (humedales) pasó por diferentes fases y circunstancias, hasta fenecer definitivamente con la solución del llamado Plan Sur, inaugurado el desvío del cauce en Enero de 1972. Las tierras más próximas al Turia donde se conformaba la conca, en tiempos anteriores se cultivaron arrozales, y era aprovechada como pastoreo del ganado de reses (toros), como lo demuestran las históricas pinturas debidas al holandés, Anthonie Van den Wijngaerde (1563). Posteriormente la inmensa llanura fue utilizada como amontonamiento de los troncos traídos río abajo, por los intrépidos gancheros de los Serranos valencianos . Marjalena comprendía tanto las tierras de la llanura, o de la hondonada, que con alguna frecuencia eran inundadas por los desbordamientos del viejo Guadalaviar, como las fértiles tierras de la huerta, regadas por las caudalosas acequias de Mestalla, Rascanya, Tormos, el braç de Petra, el Golerò de l`Esperança, junto una diversidad de acequias menores, sequioletes y “ullals”. Las tierras marjales tan características de estos terrenos se debían además de las aguas excedidas del río, a la acumulación de las vertidas procedentes del barranco d`Endolça y otras pequeñas torrenteras que al día de hoy, aun podemos contemplar sus desniveles de el área que alcanza desde la parte de la avenida de Portugal, y calle San Pancracio, hasta alcanzar la calle Doctor Olóriz, próximo por donde discurría la acequia Algirós (entre la iglesia de Santiago Apóstol, y las Escuelas Olóriz)
Otras de las especiales características de estas tierras marjalencas
Los vecinos de intramuros de Valencia, acostumbrados como estaban a transitar por calles estrechas o sinuosas de la ciudad, cuando por cualquier circunstancia llegaban al luminoso Marjalena, y contemplar “les terres marjalenques” de esta partida o raval, contemplaban unas tierras de características muy diferenciadas a las que ellos estaban acostumbrados a contemplar en la huerta. Los otros humedales, se encontraban en l’horta Sud y por lo tanto muy distantes del gran núcleo urbano, por lo que es muy natural que las tierras marjalencas mas próximas fueran distinguidas con el determinativo nombre de Marjalena, mas afín al léxico empleado por los valencianos antes que apareciese la AVL (2001 la Generalidad Valenciana aprobó una ley que permitía crear la Academia Valenciana de la Lengua (en adelante AVL), según el preámbulo de la Ley de creación de la cual (7/1998), del 16 de septiembre). De las muchas partidas marjalencas que existían en el Siglo. XIV en la ciudad de Valencia, la única partida que ha permanecido con el nombre con la misma filosofía aunque con diferente grafía ha sido el popular raval d’extramurs de Valencia, tierras de agua, que una maraña de acequias y ullals que conformaban el antiquísimo y popular y raval de Marjalena/Marchalenes.
Continuara...










1 comentario:

Buenos dias con Poesía dijo...

La verdad es que no me imaginaba que hubiera toros pastando en las cercanías de Valencia. Serían como los toros de la marisma de Sevilla y Huelva donde también se cultivaba arroz y donde Fernando Villalón decía que tenían los ojos verdes... Este poeta era muy de nuestra tierra y decía que el mundo estaba dividido en dos partes, Sevilla y Cádiz. Si fueramos especialitos sería un Sabino Arana, pero los del sur somos muy arabes y castellanos a la vez y creo que no nos sonroja tanto nuestra bandera a los que no somos conservadores aunque el PSOE andaluz tenga la bandera andaluza como emblema de progresismo.