sábado, septiembre 06, 2008

Marjalena, mai Marxalenes

Marjalena, mai Marxalenes

Juan B. Viñals Cebriá

Las especiales circunstancias orográficas que conformaban la llanura, o conca, en la parte izquierda del río Turia, en la Valencia de extramuros, y algunas de sus crecidas, son las que propiciaban la formación de las determinativas tierras Marjalencas. Además de este peculiar fenómeno hidrográfico, añadir las cíclicas lluvias donde las aguas quedaban estancadas por la forma cóncava de este territorio. Un estudio de la orografía de esa parte de la ciudad Valencia, nos muestra una aparente uniformidad de la llanura de la vega, donde esconde una gran variedad de microambientes. Esta complejidad revela la franja, o llanura afectada históricamente. Entre las de mayor impacto cabe destacar la hondonada que se formaba a la vera del río, en el antiquísimo Marjalena/Marchalenes, que alcanzaba desde la nombrada l`Alcudia, por Roque Chabás, hasta el tétrico cremador, lugares estos que se encontraban en la margen izquierda del río Guadalaviar, Turia, o riu Godalauar, que con esta última grafía aparece en el Manual de Concells i Establiments núm. 1 A (Archiu del Ajuntament de Valencia) (sic). En dicha franja son normales la erosión de sus tierras, las direcciones de flujo contradictorias, el depósito de grava y arena a los campos, fuertes corrientes, etc. Después del desvío del río del centro de Valencia, la parte derecha de la gran ciudad quedó protegida y por lo tanto no le afectaban las inundaciones, sin embargo, sí que se anegaban los terrenos bajos de la gran llanura donde emergían las tierras marjales. De ser de mayor intensidad el desbordamiento igual circunstancia afectaba ha cualquiera de las otras zonas mencionadas, todo ello como consecuencia del meandro que se formaba antes de alcanzar el prado, o extensa llanura. Estas circunstancias son las que propiciaban que en las bajas cotas de esta parte del río se formaran los aigua molls, por donde fenecía el barranc d`Endolça, circunstancia esta que aún seria más acusada en épocas pretéritas (conviene recordar, que en este sitio, calle Doctor Olóriz, en la riada de 1957, alcanzaron las aguas cinco metro de altura).De manera que antaño se manifestarían prominencias en el llano de la Zaidia y la calle de Sagunto, Rodrigo Pertegás, nos ofrece estos testimonios.-“(…) y hacia medio día Campanar y Beniferri, a la misma altura media de treinta y tres metros, separados entre si por una estrecha hondonada que, desde Paterna y Benimamet, se dirige por Tendetes a Marchalenes, para elevarse nuevamente el terreno hasta el llano de la Zaidia y calle de Sagunto, donde estuvo el barrio árabe de l`Alcudia, así llamado por su mayor altitud respecto a los lugares circunvecinos , bajando ya desde aquí uniformemente por el llano del Real, hasta el mar(…)”. Este erudito valenciano, nos da a conocer la prolongación de los restos de una superficie aluvial que antaño advertíamos que descendiendo desde Paterna y Burjassot se dirigía hasta el barranquet de la ciudad de Valencia, lugar que ahora se encuentra en la actual calle de Arzobispo Fabián y Fuero, y constituía a forma de un pequeño riachuelo; incidente que ocurría cuando se desbordaba la acequia mare de Mestalla, o el mismo río Turia. Después emergía el altozano de la explanada, donde se localizaba la Ermita de la Mare de Deu dels Desamparats (actualmente calles, Málaga, esquina Alquería de la Estrella), cuyo altura impedía la propagación de las aguas por las tierras de huerta, situadas más al norte de este raval. De nuestro coetáneo y documentado Ignasi Mangue Alférez, extraemos este tan interesante parágrafo, cuando se refiere al pintor flamenco Anthonie Van den Wijgarde.- “Este documento gráfico (mitad del s.XVI) de tan pormenorizado detalle resulta único y trascendental en si mismo, pues nos ofrece una nítida imagen de la ribera del río al paso de la ciudad de Valencia, anterior a la gran transformación, que supuso el encajonamiento de los márgenes del río, mediante la construcción de los pretiles. Esta vasta obra de ingeniería civil, proyectada desde el deseo y la aquiescencia de la monarquía hispánica y bajo la dirección de la Fabrica Nova del Riu –Murs i Valls-, trajo consigo un impacto decisivo en la nueva definición del espacio ribereño del Guadalaviar, sobre todo al norte de la ciudad- área endémica en sufrir el mayor impacto de la cíclicas inundaciones del curso del agua”. Hay que recordar que los pretiles de Marchalenes hasta Campanar, no se ejecutaron hasta la década de los años cincuenta. La falta de los mencionados pretiles, y la circunstancia especial de la proximidad del río, y la hondonada, explican de por sí, la escasa expansión de los núcleos de población de la margen izquierda del río próximo a vora riu; en los lugares de Campanar, Tendentes, Marchalenes, o la Zaidia, que no habían experimentado gran desarrollo urbanístico, hasta la década de los últimos años setenta, cuando quedó concluido el renombrado Plan Sur, momento en que esta zonas quedaron integradas en el área de eclosión de la floreciente ciudad de Valencia. Referiremos otro dato, que en este caso concierne históricamente a nuestro inseparable pont Nou (puente San José), algunos autores lo sitúan cronológicamente su primitiva construcción en el primer tercio del siglo XIV, situado frente al Portal Nou y Marjalena, se montó de madera y debía facilitar la comunicación con nuestro arrabal, Campanar, Beniferri, Burjasot, y los Serranos. La riada de 1517 destruyó un trecho del puente. Su fisonomía actual se debe en gran parte a las modificaciones constructivas realizadas a comienzos del siglo XVII, dichas modificaciones introdujeron nuevos materiales, sillería y se ampliaron cuatro de los trece arcos escarzanos que ahora se compone. En 1693 fueron colocadas sobre los rebancos de los tajamares del tercero y cuarto arcos, dos esculturas de los santos Luís Bertrán y Tomás de Villanueva, obras que encargó el canónigo Antonio Pontons García al escultor italiano Giacomo Antonio Ponzanelli, hoy dichas estatuas, por iniciativa de don Carlos Felipe Garín Ortiz de Taranco se encuentran instaladas en el puente de la Trinidad. Para terminar queremos ofrecer el valiosísimo testimonio sobre la existencia de las tierras marjalencas, con las decisivas palabras pronunciadas por don José Rodrigo Pertegás, quien refiriéndose a esta orografía en tiempos pretéritos, dice.-“Para demostrar cuanto hemos dicho de las lagunas y pantanos que hubieron a la izquierda del río Turia, hemos de aducir en primer termino, que en XIV de la calendas de febrero del año de la Encarnación 1262 (2), en cierto contrato entre el Obispo y Cabildo de Valencia, por una parte, y los Templarios por otra (…)”.Por lo tanto, el verdadero y originario topónimo de este antiguo raval es, Marjalena, mai Marxalenes.
Fin
Bibliografía.José Rodrigo Pertegás.-
Conferencia pronunciado en Valencia, el día 7 de febrero, de 1915.Abelardo Herrero Alonso. Toponimia Valenciana.1991Pilar Carmona González y Joan Olmos Lloréns. OP.-Revista del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Nº 28.Año 1994.Ríos IIJuan
B. Viñals Cebriá.-“Marchalenes huerta y (…)” V.2oooIgnasi Mangue Alférez.-“Marchalenes (…)”V.2001.

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