Aquel día se levantó de la cama con una idea fija: tenía que buscar a su hermano mellizo, que posiblemente le fue robado. Sabía que podía contar con el resto de sus hermanos, pues en los últimos tiempos los había visto muy interesados en las historias que iban saliendo a la luz sobre los niños robados y hablaban continuamente de Francisco, el mellizo desaparecido.
Durante años y hasta que murieron, Sol vivió la pena y el desasosiego de sus padres, aunque de eso se dio cuenta años después. Ellos aparentaban normalidad, aunque la procesión les iba por dentro. Pasado el tiempo, cuando tuvo suficiente edad y conoció toda la historia pudo atar cabos y entonces fue cuando comprendió todo su sufrimiento, al que tampoco eran ajenos sus hermanos mayores.
Las denuncias sobre el particular van aumentando, y puede afirmarse que ya se han puesto más de mil en toda España, aunque en círculos bien informados se piensa que el número de niños robados puede ascender a varias decenas de miles. El negocio, puesto que los vendían a buen precio tuvo que ser sustancioso. ¿A qué manos habrá ido a parar todo el dinero obtenido de este modo?
El dinero obtenido ha de ser mucho, pero el daño causado es, indudablemente, mucho más grande. A Sol le duele su hermano mellizo, al que no ha visto jamás. A los demás hermanos también les duele. Hay indicios suficientes para pensar que no murió, como les dijeron las monjas de la Maternidad O'Donell. Sol y sus hermanos presentaron la denuncia meses atrás. Pero la Justicia no alimenta sus escasas esperanzas de encontrarlo. Porque aunque su empeño sea grande y no van a cejar en su búsqueda, no albergan demasiadas esperanzas, puesto que no se ve mucho interés en los Poderes Públicos españoles por resolver este drama colectivo.
De momento, la Fiscalía ha decidido que no hay una trama única y ha repartido las denuncias. La opinión generalizada es que la Fiscalía debería investigar si hay una trama única y no cerrar desde el principio esta vía. ¿Y si finalmente resulta que la hay?
Un caso sonado es el que se descubrió gracias a un programa de televisión, al que en un intervalo de varios años acudieron la primero hija, buscando a su madre, y años después acudió ésta en busca de la primera, y uno de los periodistas del programa recordó el caso anterior, recurrió al archivo, puso en contacto a las dos mujeres, y al hacerles la prueba del ADN, resultó que sí que eran madre e hija.
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